lunes, 19 de octubre de 2009

A TI, ARBOL QUE ME ACOMPAÑAS


A tí , arbol que me acompañas, que al lado posas, cerca de mi gran ventana.
A tí, arbol que me acompañas, siempre ahí inamovible, callado y silencioso, pegado a mi ventana.
Sabes y guardas todos mis secretos, mis deseos, y mis anhelos; mis tristezas y alegrias.
Eres robusto, alto, firme como una roca; no sabes cuanta seguridad me inspiras.
Tus largas ramas, frondosas, llenas de verdes hojas que guardan el color multiforme de la pura belleza; ramas que se mueven con una soltura tan fresca y dulce como si al son de una música celestial llevaras la comparsa.
Cuando mi interior anda agitado, desorientado; a tí, mi arbol me acerco, a tí te cuento, y solo con mirarte y sentirte, la agitación se me vuelve calma.
Mi respirar alterado, inquieto me le vuelves en aire limpio, y profundo y vuelvo a renovarme, junto a tí, mi arbol preferido.
A tí, arbol que me acompañas, al otro lado y cerca de mi ventana; con tu quietud divina, agradezco que estes ahí junto a mi embelleciendo mi vida con tu compañia.

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